La labor terapéutica de la perrita Musa en la clínica de salud mental SAMU Wellness

La labor terapéutica de la perrita Musa

Sin vestir bata blanca y a veces solo con la magia de su presencia, Musa realiza una labor terapéutica fundamental en la clínica de salud mental SAMU Wellness. Desde su llegada al centro hace siete años, esta perrita se convirtió en mucho más que una mascota para trabajadores y, sobre todo, para los usuarios. Es habitual verla trotar libremente por las estancias y el jardín, con su pelaje dorado, lomo negro y pecho blanco, y sus ojos tiernos coronados por grandes orejas que alza cuando escucha su nombre, algo que ocurre con mucha frecuencia. «¡Aquí es indispensable!», observa la psicóloga Raquel García.

Musa apareció hace siete años en el recinto de la clínica situada en Montequinto (Dos Hermanas, Sevilla) como una perra callejera, y fue acogida por el equipo. Al principio no parecía sentirse cómoda cerca de las personas. «Prefería estar sola». Pero, poco a poco, fue acercándose a los humanos que habitan el centro. Además, su carácter noble y templado hizo que se ganara la confianza y el cariño de todos. «Siempre decimos que nos ayudamos en ambos sentidos, que ella ayuda a nuestros usuarios al igual que a ella también le ayudó estar aquí», explica Raquel García.

En SAMU Wellness hay pacientes con patologías graves: esquizofrenia, trastornos alimenticios, intentos autolíticos, depresión, ansiedad, bipolaridad… En el centro encuentran un lugar de bienestar en el que sus necesidades son atendidas de forma integral.

En este contexto, la aportación de Musa es importante para la evolución de muchos de ellos, tal y como subrayan desde el centro. Lo hace de tres formas. En primer lugar, Musa les da «bienestar y calma» y contribuye a reducir el estrés. «Es una figura empática», apunta Raquel García. «Además, el propio gesto de acariciar un animal genera bienestar», añade. En segundo lugar, la perra también es un nexo con la rutina, la responsabilidad y las obligaciones. Los usuarios se reparten las tareas que implica el cuidado del animal: ponerle la correa, sacarla a pasear, estar pendiente de su bienestar… Y, por último, Musa acompaña a muchos usuarios que sienten una gran soledad. «Podemos decir que, a cada persona, Musa puede aportarle algo diferente, por eso su papel es importante, ayuda a crear un ambiente positivo de apoyo en el centro», relata la psicóloga.

De la ayuda que Musa puede llegar a prestar a los usuarios del centro da cuenta María Aragón, una paciente que ingresó en el centro hace más de cinco años debido a un trastorno límite de la personalidad y que encontró en la perra una gran aliada hacia su recuperación.

María contó su historia en el programa Patas Arriba, de Canal Sur Televisión, que se interesó por la historia de Musa y le dedicó un extenso reportaje que ha tenido una repercusión muy notable, tal y como explican desde SAMU Wellness.

«Ella me ha dado la vida»

«Es muy especial para mí. Ella me ha dado vida. Lo que un animal puede dar, y mucho más. El vacío tan grande que yo sentía cuando estaba sola se acababa con su llegada. Ella venía y me daba un lametazo o un cariño con su hocico y me hacía sentirme muy bien. Así empezó mi conexión con Musa», recordó María Aragón en este reportaje.

«Musa ha hecho una labor terapéutica conmigo, no tengo ninguna duda. No te puedes imaginar cómo estaba, en un agujero… No quería salir, no quería hacer nada. Ella me lleva. Ella sabe cuándo estás mal, es como si lo oliera, es como magia. Ahora no me siento sola. Siento que tengo una responsabilidad. Y, cada vez que la veo, siento alegría. Me ha cambiado la vida totalmente».

Ahora María ha salido del centro pero sigue encargándose de la perrita, sacándola a pasear. Asegura que desea que el bien que Musa le ha hecho a ella pueda hacérselo también a otras personas.