Clara Buzón, subdirectora de SAMU Wellness: «Aquí he aprendido a gestionar mis emociones»
Clara Buzón (1991, Trigueros, Huelva) ostenta desde final de 2019 el cargo de subdirectora de la clínica de salud mental SAMU Wellness, centro al que entró como enfermera dos años antes. Exalumna de Escuela SAMU, ha formado parte del equipo de mando de diferentes dispositivos de SAMU durante la crisis del coronavirus.
—¿Cuál fue su primer contacto con SAMU?
—En 2015 entré como alumna de Escuela SAMU, donde hice el Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. Lo hice porque me gustaban mucho las emergencias y las urgencias y, buscando cursos, el de SAMU era el mejor. No me equivoqué. Cuando terminé el máster, estuve trabajando fuera de SAMU hasta que en octubre de 2017 hubo una vacante de enfermería en la clínica de salud mental SAMU Wellness y me llamaron.
—¿Había trabajado con anterioridad en el campo de la salud mental?
—No. De hecho, cuando envié mi currículo para trabajar en SAMU Wellness fue, en primer lugar, porque me gustaba la manera de trabajar de SAMU y, por otro lado, porque me llamaba la atención la salud mental. Por lo general, ésta es una especialidad a la que el personal de enfermería, y los sanitarios en general, le tienen mucho respeto, incluso miedo, por todo lo que nos dice la televisión y el cine, que muestran a personas agresivas, y nada más lejos de la realidad. Las personas con problemas de salud mental son muy vulnerables y están muy estigmatizadas por la sociedad. Son personas como tú y como yo, simplemente necesitan un apoyo emocional, que les guíen y les ayuden a cambiar sus vidas.
—¿Qué le ha aportado a nivel profesional y personal trabajar en SAMU Wellness?
—Empezar a trabajar en SAMU Wellness me cambió la vida, ya que antes trabajaba en diferentes sitios y sin estabilidad. Ahora trabajo en un sitio que me gusta, donde me siento útil y en el que cada día aprendo cosas de los pacientes y de los profesionales que me acompañan. A nivel personal también he aprendido muchas cosas, como por ejemplo a gestionar las emociones. Esto es algo que explico a mis pacientes y que yo también aplico en mi día a día.
—Este verano, SAMU Wellness cumplirá cuatro años. ¿Cómo ha evolucionado la clínica en este tiempo?
—Al principio, nuestro objetivo era darnos a conocer en Sevilla y en las provincias cercanas. En Andalucía hay muy pocos recursos especializados en salud mental y la mayoría de ellos son públicos y tienen una larga lista de espera para acceder. Pero aún no he encontrado ninguno como SAMU Wellness, que ofrece una atención integral y multidisciplinar. Contamos con psiquiatras, nutricionistas, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, auxiliares de enfermería, celadores, enfermería, y todos trabajamos con un único objetivo y en equipo.
—Las instalaciones del centro también han crecido con los años.
—Conforme hemos visto que crecía la demanda, hemos creado nuevos espacios. Empezamos con tres pacientes y ahora podemos llegar a tener unos 20 pacientes hospitalizados, además de los pacientes de las consultas externas y los del hospital de día. Hemos creado espacios al aire libre para que hagan deporte y salas audiovisuales. No queremos que se sientan encerrados. Esto no es un hospital psiquiátrico común.
—Además de los ingresos hospitalarios y del hospital de día, cuentan con un apartamento y un hogar para pacientes. ¿Cómo funcionan estos dos espacios?
—Sí, en nuestro centro contamos con un apartamento pequeño que tiene su cocina, su baño, su salón… Aquí trabajamos con los pacientes las actividades de la vida cotidiana. Aquí viven los pacientes que, tras un ingreso hospitalario, ya pueden dar un paso más en su recuperación pero que aún no están preparados para volver a casa. Muchas de estas personas, debido al deterioro que han sufrido a causa de su enfermedad, han dejado de lado su higiene personal, no son capaces de autogestionarse la comida y otros aspectos del día a día. Aquí les ponemos unas metas y trabajamos con ellos para que se conviertan en personas autónomas. También contamos con un hogar con seis plazas. Tienen supervisión del personal pero prácticamente viven solos. Se lavan su ropa, hacen la compra, cocinan… Éste es el paso previo a volver a su domicilio, y pueden permanecer aquí todo el tiempo que necesiten hasta que se sientan lo suficientemente autónomos para vivir solos.
—¿Cuántas personas han sido atendidas en esta clínica desde que abrió sus puertas?
—Desde que abrimos en 2017 hasta finales de 2020 se han realizado 4.506 atenciones y se les ha dado el alta a 696 pacientes. Durante el periodo 2017-2018, se atendió a 1.062 pacientes, con una media de 88,5 usuarios al mes. En 2020, atendimos a 1.797 personas, lo que supone un promedio mensual de unas 150 personas. Como ves, nuestra evolución ha sido muy notable.
—¿Cuál es el perfil de los pacientes que acuden a SAMU Wellness?
—El perfil de los pacientes es muy variado. Tenemos desde jóvenes estudiantes a profesores, abogados o ingenieros. Por lo general, son personas con un nivel educativo medio-alto. Es cierto que al ser un centro privado, los pacientes y sus familiares cuentan con un soporte económico.
—¿Y las principales patologías que se tratan?
—Tratamos a personas muy diferentes, por lo tanto, las patologías que vemos también son muy variadas. Desde personas con trastorno bipolar o esquizofrenia a pacientes con trastorno de conducta alimentaria o trastorno límite de la personalidad. Uno de los grandes problema que tiene hoy la sociedad es el de las adicciones, por lo que atendemos a muchas personas con adicciones o patología dual, que son personas que sufren una adicción y un trastorno mental.
—¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus al funcionamiento de SAMU Wellness?
—A raíz de la primera ola, tuvimos que crear un protocolo de ingreso del paciente que contemplara la realización de una prueba diagnóstica previa a su ingreso para evitar poner en riesgo tanto al personal como al resto de los pacientes. Además, desde el primer día, los profesionales cuentan con equipos de protección y se habilitó un espacio por si en algún momento hubiese que aislar a algún paciente por contagio por Covid-19. En general, no hemos tenido que reforzar la plantilla, pero sí nos hicimos con el material y los recursos necesarios para estar preparados en caso de contagios.
—Durante la primera ola, desde SAMU Wellness se creó un gabinete en el que un grupo de psicólogos atendió a pacientes con Covid-19 y a sus familiares. ¿Cuál era su función? ¿Sigue activo este gabinete?
—Durante la primera ola, que nos cogió a todos desprevenidos, la población en general vivió importantes episodios de angustia. No sabíamos a qué nos enfrentábamos y cada día había centenares de muertos. Decidimos entonces crear un gabinete formado por psicólogos, la mayoría de ellos voluntarios, que atendieron a todas aquellas personas que lo necesitaran, fueran pacientes nuestros o no, enfermos de Covid-19 o no. A todos se les atendió de manera telemática debido a las restricciones de aquellas semanas. Se atendió a personas muy diversas, aunque en su mayoría fueron familiares de pacientes que eran atendidos en algunos de los dispositivos desplegados por SAMU, como el del Hotel Alcora, en San Juan de Aznalfarache, en La Línea de la Concepción (Cádiz) o en Madrid, además de los profesionales de SAMU que trabajan en estos dispositivos. Este gabinete como tal no funciona actualmente, pero se reactivará en el momento que sea necesario.
—¿Cuáles son los retos de SAMU Wellness para 2021?
—SAMU Wellness siempre tiene nuevos retos. Para 2021 tenemos el claro propósito de mejorar nuestras instalaciones para que nuestros pacientes se sientan cómodos y nuestros profesionales trabajen en las mejores condiciones posibles. Nuestro objetivo es seguir creciendo, seguir formando a nuestros profesionales y continuar ofreciendo una atención de calidad a nuestros pacientes.